miércoles, 15 de agosto de 2012

¿POR QUÉ ES BUENO QUE MI HIJO O HIJA HAGAN LUCHA?


Esta pregunta se nos plantea muchas veces a los entrenadores, árbitros, practicantes de las Luchas Olímpicas, en general, por parte de personas que desconocen nuestro deporte.

El otro día, dándole vueltas al gran logro obtenido por Maider Unda, con el bronce olímpico, se me planteó esta pregunta, tantas veces repetidas.

Normalmente, la contestación que solemos dar es que es un deporte muy adecuado para edades tempranas, por ser muy completo, agradable, etc, todas esas cosas que visten mucho pero que es la manida contestación que hacen todos los deportes.

Fue entonces cuando recordé varias cosas que a continuación os relato y que puede que cuando os vuelvan a hacer esta pregunta podáis explicarles el porqué desde otra perspectiva. Es una versión resumida de la idea original. Jajajajaja.

Esta historia comienza en el mes de octubre del año 1976, que es cuando empiezo a practicar Judo, deporte que me lleva mis horas de entrenamiento hasta el año 1989. En ese año descubro las luchas olímpicas y el gusano de este deporte empieza a devorarme por dentro y me engancho como un poseso al mismo.

En al año 1992, comienzo a dar clases en el Gimnasio Kanku, así como en el polideportivo Elizgibela.

Después de estos años, tengo respuesta a la pregunta inicial. ¿Por qué? Porque la lucha es vida. Gracias al Judo y a la Lucha he conocido a personas fundamentales e importantes en mi vida. Hablar de todos es imposible. Si pongo la lista, es interminable.

Personas que me han enseñado que el trabajo, el sacrificio, las ganas, lo son todo en el deporte, pero en todos los aspectos de la vida. Estas cualidades forjan tu personalidad. Te vuelves más optimista, ya que cuando estás en un deporte difícil, minoritario, sin repercusión, conseguir éxitos es, muy complicado, pero aprendes a levantarte, a seguir, a que cuando consigues el resultado, apenas tiene repercusión mediática y aun así ves la parte positiva, la que de verdad nos llena de orgullo, orgullo personal, no el de las alabanzas de fuera.

Un deporte que me dio la oportunidad de conocer otros países, otras culturas, darme cuenta que hay vida más allá de los Pirineos, que hay cosas maravillosas, gente fantástica, que también me ayudó a valorar y apreciar  todo lo que tenemos en este País.

Un deporte que hizo que en un tapiz conociera a la que hoy es mi mujer, mis hijas, las personas que han acabado por llenar de satisfacción y plenitud mi existencia.

Un tapiz me ha dado la posibilidad de ver crecer a chicos y chicas como deportistas, como, personas. Un tapiz del que me siento orgulloso cuando veo a uno de mis primeros compañeros de entreno (nunca diré alumno, son compañeros porque sudaban, se lesionaban, se alegraban, conmigo), está dando clases a niños. Ese es Txus. Donde han pasado infinidad de personas que han confiado en ti para poder llegar a conseguir su sueño o no conseguirlo, pero que han dado todo para llegar y donde nunca he sufrido un reproche, un mal gesto. Donde me considero respetado, querido, valorado.

Un deporte que te forja como persona, que te permite conocer otros países, otras culturas, que te da equilibrio y que, en mi caso, me dio a mi Merche y mis hijas Nerea y Nekane, a Perico, Koldo, Simón, Eduardo, Jorge, Idoia, Juan, Gobegto, Txus, Peio, Txemi, Patxi, Brigi, Maracas, Iñigo, Isaac, Modosito, El Flaco, Punki, Candi, Ahmed, Boby, Atanas, Denis, Eric, Maialen, Itzi, Gorka, Aitor, Melendi, Pablo, Aintzane, Olaia, Asier, Sara, Yasmina, Elena, Miren, Joel, Yordan, Aritz, etc (siento no poner la lista completa).

Otros que aunque no han estado compartiendo entrenos todos los días, sí que han colaborado en formarme como luchador y en el técnico que soy en la actualidad, Bernardo, Tito, Javi, Oscar, Barcia, Milu, Víctor, Patxi, Jose Maria, Churrun, Navarrete, Sito, Roberto, Crespo, Manjarrés, Pedrito, Atanes, Viyuela, Txipi, Karima, Fresi, las Sandras, Berta, Lara, Iris, Nuria, Nadia, Marimar, Tere, Aurora, Maider, Minerva, etc, etc.

Sólo por el poder haber conocido a todos los nombrados anteriormente, así como a los que para que no se hiciera interminable, no he nombrado, pero que estén seguros que me acuerdo de todos ellos, sólo por eso, ya es motivo más que suficiente para poder contestar  con seguridad y aplomo, el porque tu hijo o hija deben hacer lucha.

Porque con este deporte se forjará como persona, con sólidos valores, con disciplina, con optimismo, con constancia y eso va a ser lo que haga que pueda afrontar su vida futura con seguridad en sí mismo.

Gracias por aguantarme.
OSITO

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